viernes, 13 de junio de 2008

Más sobre inteligencia competitiva y vigilancia tecnológica


Pere Escorsa es Catedrático del Departamento de Organización de Empresas, Universitat Politècnica de Catalunya, y experto en Inteligencia Competitiva y Vigilancia Tecnológica.

Reproducimos extractos de una nota que fuera publicada en madri+d (www.madrimasd.org).

¿Cómo definiría la Inteligencia Competitiva?

Considero muy clara la definición que proponen Gibbons y Prescott: “Inteligencia Competitiva es el proceso de obtención, análisis, interpretación y difusión de información de valor estratégico sobre la industria y los competidores, que se transmite a los responsables de la toma de decisiones en el momento oportuno”. Por tanto, la Inteligencia incluye las tareas de captura u obtención de informaciones, el tratamiento y análisis de las mismas y el traslado de los resultados a la dirección, para que ésta pueda tomar las mejores decisiones. En todas estas tareas se han realizado últimamente notables progresos: la captura de las informaciones se ha automatizado y los softwares de tratamiento de las mismas son muy potentes.

La Vigilancia Tecnológica es un proceso fundamental de cualquier sistema de planificación de la I+D y forma parte de la Inteligencia Competitiva ¿Dónde acaba la Vigilancia Tecnológica y empieza la Inteligencia Competitiva?

A menudo, empleamos indistintamente las palabras Inteligencia y Vigilancia, lo que no es una falta grave. Sin embargo, si queremos ser más precisos, encontraremos matices que pueden diferenciarlas. Por ejemplo, se considera que la Inteligencia Competitiva integra la Vigilancia en diferentes ámbitos, es decir la Vigilancia Tecnológica, la Vigilancia Comercial, la Vigilancia de los Competidores o la Vigilancia del entorno, del medio ambiente, etc. Es decir, la Inteligencia Competitiva no se limita sólo al ámbito de la tecnología. Por otra parte, el uso creciente de la palabra Inteligencia está influida, sin duda, por el empleo del vocablo Intelligence en el mundo anglosajón.

La Vigilancia Tecnológica y la Inteligencia Competitiva han evolucionado en los últimos años y cada más empresas demandan los servicios de expertos en esta materia ¿Cómo cree que va a evolucionar esta disciplina?

Ambas funciones se van a convertir en habituales en el mundo empresarial, como ha sucedido con el concepto de Calidad, hoy ya completamente aceptado. No olvidemos que la Inteligencia y la Vigilancia son ingredientes básicos en el proceso de Innovación en la empresa, elemento clave para su supervivencia.

¿Considera que las empresas invierten recursos, tanto humanos como económicos, en implementar la Inteligencia Competitiva en sus empresas?

En España es todavía una actividad incipiente, aunque observo síntomas de que el interés por el tema está aumentando. Existe aún un desconocimiento y una desconfianza respecto a la Inteligencia Competitiva, a sus herramientas y a lo que puede aportar a la empresa.

¿Cuales son las principales diferencias entre Gestión del Conocimiento e Inteligencia Competitiva?

Tienen orígenes distintos y, aunque se observa un lento proceso de convergencia, no suelen mezclarse todavía en sus congresos o conferencias. La Gestión del Conocimiento se inicia con las aportaciones de Edvinson, de Nonaka y Takeuchi, y otros, que se preocupan por la medición de los intangibles y del Capital Intelectual de la empresa, que incluye aspectos como los conocimientos y destrezas de sus empleados o el valor de sus patentes. Se interesa especialmente por lo que ocurre en el interior de la empresa y pretende que los conocimientos se expliciten, y se puedan inventariar, ordenar y compartir.

La moderna Inteligencia se preocupa, en cambio, por lo que ocurre fuera de la empresa: quiere detectar las tecnologías emergentes, saber lo que hacen los competidores o conocer los investigadores más destacados en una área determinada. Sus orígenes pasan por el desarrollo de disciplinas tales como la Bibliometría y la Cienciometría, que incluyen tareas como la explotación estadística de las publicaciones, el tratamiento de las informaciones de las bases de datos y, en general, el análisis cuantitativo de la investigación científica y técnica. La irrupción de Internet y la aparición de nuevas herramientas ha agilizado enormemente estas tareas. Cabe mencionar que recientemente se están usando conjuntamente con éxito la Inteligencia y la Prospectiva.

Algunos expertos de la Gestión del Conocimiento opinan que la Inteligencia debería formar parte de su área de acción. Pero la polémica continúa y, como he dicho, la convergencia es lenta.


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